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Grabar un video Vs. Narrar una Historia

  • Foto del escritor: Jose Luis Molina
    Jose Luis Molina
  • 19 may 2016
  • 4 Min. de lectura


No es lo mismos Grabar un video que narrador una historia

Hoy en día la mayoría de las personas pueden acceder a una cámara para grabar video. Esto es positivo porque abre las posibilidades de creación y baja los costos; pero al aumentar la cantidad de gente con acceso a los medios técnicos, se ha generalizado la idea de que cualquiera puede hacerlo de forma profesional y con alta calidad. Y no es así, no es lo mismo grabar un video que narrar una historia.

En este artículo exploraremos la diferencia entre un registro en video y una narración audiovisual y daremos ideas de cómo identificar el uno del otro.

La capacidad para narrar historias con imagen y sonido no es un extraño don con el que nacen unos cuantos; es simplemente el resultado de la mezcla de formación, talento y práctica. Tomemos como ejemplo el lenguaje hablado o escrito: La mayoría de personas aprendemos a hablar y escribir, pero eso no nos convierte automáticamente en lingüistas o en autores dignos de ser publicados. Para eso se requiere de una formación avanzada y años de práctica de estos oficios. De la misma forma, la mayoría sabe cómo grabar un video, pero narrar una historia requiere de una serie de conocimientos especializados de tipo técnico y estético, que si bien no son secreto, no se adquieren por simple sentido común o por el hecho de saber cómo se opera la cámara.

Lo que sucede es que a simple vista, un registro en video y una narración audiovisual pueden verse muy parecidos y muchas veces los avances tecnológicos en el campo ayudan esconder la pobre calidad narrativa y estética de los videos. A continuación, algunos elementos que diferencian uno de otro y algunas actitudes que le pueden ayudar a diferenciar a un realizador profesional de una persona que “graba videos”:

DIFERENCIAS DE FONDO

En un audiovisual de calidad hay una clara intención narrativa. Esto significa que hay una historia y que el realizador ha definido una forma de contarla. Un registro en video no tiene intención narrativa, la persona que lo hace simplemente apunta la cámara, presiona ´rec´ y deja que el dispositivo capture lo que pasa a través del lente. La intención narrativa exige un trabajo intelectual previo: el verdadero realizador audiovisual primero reflexiona, entiende la historia que va a narrar y luego la escribe en un formato que luego podrá convertir en imágenes. Un trabajo de calidad siempre comienza por el texto escrito, el cual puede llamarse guión, escaleta o de otras maneras. Desconfíe de un “realizador” que lo primero hace es encender la cámara y grabar a diestra y siniestra, o que se rehuse a hacer un guión, alegando que le gusta trabajar "orgánicamente".

DIFERENCIAS DE FORMA

ESTRUCTURA: El arte de narrar no es nuevo, es tan antiguo como la civilización misma. Los clásicos crearon una estructura básica que aprendimos desde niños: PLANTEAMIENTO, NUDO y DESENLACE. Es la forma más simple y clara de contar una historia. Un audiovisual de calidad hace uso de esta estructura y de elementos como el conflicto, el punto de giro, entre otros. Es cierto que se puede hacer video sin utilizar esta estructura, pero las cosas salen mejor cuando la usamos. Y aunque es simple, la aprendemos desde niños y es la base de casi todo el contenido que consumimos; no todas las personas son capaces de aplicarla.

ENCUADRE: Es lo que aparece en el cuadro de la cámara y es una elección consciente del realizador. Un profesional explora la locación antes de comenzar a grabar, observa atentamente la luz, el espacio, las personas y demás elementos que hacen parte de la historia. Graba desde diferentes ángulos, hace movimientos simples y encuadra de tal manera que aparezca en pantalla lo importante y se vea bien. Quienes hacen registros en video no tienen en cuenta esto, el encuadre no importa. Desconfíe de un “realizador” que no observa primero y al llegar procede de inmediato a grabar; que se ubica en un lugar y hace todos sus encuadres por medio del zoom de la cámara, o que hace tomas largas con movimientos de cámara complejos. Estos son indicios de que la persona no ha hecho un trabajo de preparación, que improvisa.

Hay otros elementos formales como la iluminación, el uso del color y el sonido. Un profesional le presta atención a todo esto y lo tiene en cuenta dentro de su propuesta narrativa. No necesariamente es experto en todos los temas técnicos y estéticos pero se interesa por aplicarlos, se asesora y forma equipo con personas que sí conocen y aportan al proyecto. La realización audiovisual es una profesión colaborativa por excelencia. Desconfíe del “realizador” que le dice que él lo sabe todo y lo hace todo solo.

EDICIÓN: Es el paso final en la creación audiovisual y consiste en la organización, montaje y finalización de todo el material grabado en un solo video. A este tema dedicaré un artículo completo más adelante, por ahora sólo diré que la edición no es un trabajo operativo de “corte y pegue” de imágenes; es un trabajo intelectual de creación en donde realmente se le da forma y coherencia a la narración audiovisual.

En resumen, con un poco de atención es fácil distinguir entre un video cualquiera y una verdadera narración audiovisual. Si usted está en la búsqueda de personas o empresas para la realización de videos, averigüe sobre la formación y experiencia, pero sobre todo pregunte por la metodología de trabajo. En la realización audiovisual es tan importante la preparación como la ejecución y un profesional a menudo se distingue porque se prepara muy bien antes de decir: “¡grabando!”

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