Crónica de Viaje: #ParqueDenali - Alaska
- Jose Luis Molina
- 20 may 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 3 jul 2019

El parque nacional Denali en el estado de Alaska ofrece a los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre más de 24.280 metros cuadrados de posibilidades. En esta crónica de viaje, relato mi experiencia de la visita al parque y entrego algunas recomendaciones a los viajeros interesados en visitar el hogar del pico más alto de los Estados Unidos, el monte Denali, con una altitud de 6.190 metros sobre el nivel del mar.
Nuestro punto de partida en Alaska es Fairbanks una ciudad mediana, antiguo epicentro de la explotación aurífera en el siglo XIX. A esta ciudad llegamos en vuelo directo desde Los Angeles. De ahí tomamos la ruta 3 -también llamada George Parks Highway- en dirección suroeste hacia el parque Denali, el cual se encuentra a 307 Km de distancia. La forma más práctica de hacer este viaje es en un auto de alquiler, ya que esto ofrece libertad para movilizarse por los alrededores de la zona y viajar al ritmo que se desee.
A medida que dejamos Fairbanks e ingresamos al territorio de reserva del parque, se revelan ante nosotros ríos caudalosos, bosques de verde infinito y los picos nevados que representan uno de los mayores atractivos de Denali: El pico norte, Peters Dome y el Matherhorn, entre otros. Se dificulta describir con palabras la belleza del camino. Mientras nos acercamos a la entrada al parque, lo que se viene a mi mente, es la fragilidad de este ecosistema y el impacto que tiene la presencia humana en la zona, aun si los fines de tener un parque como este sea preservar su riqueza natural.
Luego de cerca de tres horas de camino, llegamos a las inmediaciones del parque, en donde se encuentran múltiples opciones de hospedaje. Debo decir que la infraestructura turística muy básica, cómoda y suficiente para descansar pero sin mayores lujos. Más que hoteles, se trata de lodges: hospedajes sencillos estilo cabaña y zonas para remolques. Al interior del parque algunos privados ofrecen hospedaje, pero si lo suyo es la aventura, puede acampar en una de las seis zonas designadas para ello dentro del parque (información sobre las zonas de camping), para las cuales se debe reservar. Tres de estas zonas permiten el uso de tiendas de campaña y RV’s (vehículos recreativos tipo carro-casa), y los otros tres solo tiendas. La zona de acampar de Riley Creek está abierta todo el año, mientras que las otras cinco solo están disponibles en el verano, desde mediados de mayo hasta septiembre.

Cae la noche en Denali y nos registramos en nuestro modesto hotel, el Denali Rainbow Village, habitaciones sencillas pero confortables, limpias y con buena calefacción. La zona cercana a la entrada al parque no ofrece muchas opciones para comer, más allá de algunos hoteles que tienen restaurantes. Si se piensa acampar o llevar un remolque, se recomienda llevar víveres desde Fairbanks, ya que tampoco hay muchas opciones de supermercados. Nosotros tuvimos suerte y encontramos una buena pizzería con buena cerveza: Prospectors Pizzeria and Alehouse.
Al día siguiente, habiendo descansado, salimos de nuestro hotel y nos dirigimos al parque Denali, para pasar un día en contacto con la naturaleza. El ingreso al parque tiene un costo de US$ 15/persona, valor que bien vale la pena, por el aire puro que se respira, por la paz y la conexión con la madre tierra.
Es importante tener en cuenta que Denali tiene una sola carretera de 92 millas (147 Km), pero los vehículos particulares solo pueden entrar hasta la milla 15 en Savage River. Para acceder a zonas más alejadas y poder disfrutar de las actividades que permite el parque, se puede usar el servicio de autobuses gratuito. También hay disponible unas rutas de tránsito (transit buses) de pago adicional y tours narrados (en inglés), los cuales resultan un poco costosos. En lo personal, no recomiendo estos tours, ya que no permiten a los visitantes bajarse durante el recorrido a caminar o a hacer un picnic. (Ver infografía: Mapa de las rutas del parque)
Nuestra visita al parque incluyó varias caminatas cortas, una de ellas a lo largo de Savage River, y una visita a los perros de trineo cuya raza es Alaskan Husky (ver video). Aunque había mucha gente visitando el parque ese día, en general las personas respetan la naturaleza, cuidan los espacios y obedecen las normas. Si usted es como yo, y le gusta la fotografía, disfrutará mucho la visita y podrá obtener espectaculares instantáneas del lugar. Si está de suerte, hasta podría encontrar una liebre, un zorro, alguna de las 169 especies de aves, o hasta un oso grizzli.
El parque ofrece múltiples actividades a sus visitantes: caminatas ecológicas, pesca, recorridos en bicicleta y avistamiento de fauna silvestre, entre otros. Los guarda parques o rangers ofrecen caminatas guiadas, demostraciones de perros de trineo y charlas acerca de todo tipo de temas relacionados con el parque (información sobre los programas de los guarda parques).

Salimos de Denali después de almuerzo. Con ganas de quedarnos un poco más, ya que realmente es un lugar muy hermoso. Ya tendremos oportunidad de volver y quedarnos más tiempo. Si usted quiere visitar esta maravilla natural, le recomiendo como mínimo tres noches, eso sí, preferiblemente entre mayo y agosto, cuando el clima no es tan frío.
Por lo pronto, nosotros partimos rumbo sur, a Anchorage nuestra siguiente parada y el lugar donde nos embarcaríamos en un crucero por los próximos 8 días. Ese será el tema del próximo artículo.
Me gustaría saber qué parque natural han visitado y qué es lo que más les ha gustado de esa visita. Pueden dejar sus opiniones en los comentarios. Gracias por participar.
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